miércoles, 29 de julio de 2009

Primero hay que ser poeta

PRIMERO HAY QUE SER POETA

( 1 ) Primero hay que ser poeta...
pues sino esas musarañas*
no te limpian las pestañas*
que te hacen la vista prieta.
Seguirás siendo corneta
con un sueño de pianola,
y en constante batahola
se te arrugará* la* cara**
creyendo que la malara*
debe llamarse espinola.

( 2 ) Vate de surco y guataca,
tambor y clave, guajira
¿por qué piensas en la güira
antes de comprar la vaca?
Si siempre la puerca más flaca***
coge la mejor mazorca,
y el deprimido se ahorca
en una mata de güiro...
¿por qué pedirle a un guajiro
versos de García Lorca?

( 3 ) Hay que averiguar primero
si en el verso hay poesía,
la inocencia y la armonía
que alzan al vate cimero.
Cualquier mozo de potrero,
diez versos sin faltas junta,
con igual rima en la punta,
según reclaman las leyes,
o sea, como dos bueyes
de la más perfecta yunta.

*Asonancias descendidas.
**Asonancia interior del verso.
***Verso largo.

Francisco Henríquez

4 comentarios:

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RESPUESTA DE RAMÓN ESPINO VALDÉS

“NIÑOS, JÓVENES Y ADULTOS
BESEN LOS CONOCIMIENTOS”

( 1 ) Dirigí diez mandamientos
solamente a decimistas
para que logren conquistas
y canten a los hambrientos.
Lo afirmo sin aspavientos,
“el hambre sí dio la cara”
que por siempre se borrara
si aquel monstruo que la enrola,
la oyera en una Espinola
o en una Bartomalara.

( 2 ) Cuando la vaca tú adquieres,
después de un corto proceso,
tus neuronas comen queso
que dan puntas de alfileres.
Te evalúo cómo eres
al ver tu estrofa malsana
y con tu crítica vana
jamás yo me mortifico,
¿piensas que soy un potrico
de los que hay en la sabana?

( 3 ) No hay que ser Lorca, Cervantes
ni Juan del Mal Lara que
le tomó a Bartolomé
de Torres sus diez diamantes.
Quiero que los principiantes,
que están de rimas sedientos,
compongan, vivan contentos,
digan ante los insultos:
“niños, jóvenes y adultos
besen los conocimientos”.

Ramón Espino Valdés
Las Tunas, Cuba.

www.payadoreschilenos.cl dijo...

Es bueno enseñar el verso
para hacerlo bien pulido,
bien exacto, bien medido
y como una joya, terso.
Pero si en el universo
del verso, no hay poesía,
ha de ser rosa vacía
--una rosa sin perfume--
que agotada se consume
en el término de un día.

Cuidarse de la asonancia
--de la rima o la interior--
puede tener un valor
de segunda, en importancia.
Pero si en primer instancia
Dios no te nació poeta,
no tendrás valor de esteta
ni palabra de embeleso...
¡Sólo sabrás hacer queso
con leche de vaca prieta!

Francisco Henríquez

www.payadoreschilenos.cl dijo...

Enseñar es cosa fiera
Hay que estudiar para eso,
Entender cada proceso
No es cosa que haga cualquiera.
He visto a aquel que se esmera
En ser maestro fecundo,
Hay muchos que por el mundo
Enseñan entusiasmados,
Y en versos improvisados
Se agotan en un segundo.

Salud Pueblo Mexicano
El de Zapata, el de Villa,
En el sur tu estrella brilla
Pero te eclipsa el tirano.
A donde quedó la mano
Que alzó la revolución,
Si en esa amarga intención
El pueblo quiere avanzar,
Es como querer arar
Teniendo roto el barzón.

Saludos

Moisés Chaparro
Payador Chileno

MUNIR EDUARDO ELUTI CUETO dijo...

UN LETRISTA ES UN ESCRITOR

Porque un artista de la creación; a ser clasificado según un contexto cultural determinado como: payador, poeta, folclorista, letrista, literato, cuentista, prosista, autor, y/o escritor; maneja de una forma eximia, el contenido de la pluma a estampar en la plana; aludiendo a la terminología musical, donde ya interviene la semántica en términos de ritmo, estilo, composición; al relacionar el contenido escrito de una obra, con el ritmo de interpretación.

Donde hay una relación en el contenido de una obra, de acuerdo al criterio del autor; y en el plano musical-folclórico, pueden ser esquinazos, dichos, refranes populares, formas de lenguaje ya sean nacionales o propias del geográfico criollismo; como diríamos en mi literario y creativo Chile; las conocidas canciones o las payas, que a mí en lo personal, tanto me apasionan.

Y al remontarme a la forma de los libros, cito algunos géneros literarios: cuentos, novelas, poesías, ensayos, artículos periodísticos, pero quiero rescatar una leyenda histórica, dentro del folclor, la historia y la literatura chilena:

EL MULATO TAGUADA CONTRA DON JAVIER DE LA ROSA

Se enfrentaban el mulato Taguada, maulino, apodado El Invencible; y don Javier de la Rosa, caballero latifundista de Copequén, as del guitarrón, filósofo y astrónomo y cantor jamás aventajado.

“El mulato Taguada contra don Javier de la Rosa”, representa uno de los enfrentamientos más clásicos; entre las clases sociales agrícolas en el campo chileno: La figura de Patrón contra el Peón.

Don Javier de la Rosa, acomodado cantor; y Tahuada (o Taguada); quien va convirtiéndose, en la personificación del pueblo oprimido e ignorante, de “cosas de universidad”.

Los payadores son la gloria del folclor americano. Sus torneos en verso, con pies forzados y con respuestas instantáneas; eran duelos caballerescos en donde se buscaba la más alta expresión del ingenio, y la viveza populares.

La tradición chilena recuerda una paya de proporciones homéricas; desafío sin paralelo en el que dos hombres estuvieron: ¡Ochenta horas dando y recibiendo!, tratando de vencerse. Ni antes ni después hubo algo parecido.

Hasta que uno de ellos no fue capaz de seguir, y apabullado por la amargura y la vergüenza, tomó el camino de la muerte.

Según Antonio Acevedo Hernández (y lo confirman los versos), San Vicente de Tagua -Tagua hacia 1830.

Había de por medio una mujer, la prometida de Taguada; a la cual cortejaba el caballero y cuyo amor esperaba conquistar, si vencía a su amante.

Con unas tijeras le cortó el ala del sombrero; y se lo plantó en la cabeza, en señal de inolvidable afrenta.

En medio de un silencio trágico, Taguada se alejó, dejando la guitarra abandonada, y partió a caballo como quien va huyendo.

No iba solo: llevaba al anca a la mujer que, pese a todo, deseaba unir su vida a la suya.

Galoparon hasta que se hizo de noche. De pronto el infeliz se detuvo; y se apeó del caballo, para ir a sentarse en una piedra a la orilla del camino.

La muchacha se quedó a unos pasos de distancia, sin atreverse a importunarlo. Doblado en dos, con su sombrero convertido en bonete de ignominia, el hombre parecía meditar bajo las estrellas; en las riberas del Río Zamorano. Su amante le tomo la mano, y supo que el Mulato estaba muerto.

Pasó un largo rato. Creyendo que dormía, la niña fue a echarse a su lado y cogió sus manos, que quiso besar... Entonces supo que nunca más en el mundo, volverían a oír la voz del Mulato Taguada.

Ganando don Javier de la Rosa que por secretaría; le cortó el sombrero al Mulato con una tijera y este partió con su amada, triste, hacia la muerte.