El Agua.- Pedro Yáñez
El Vino.- Hugo González H.
Desde los mares profundos
desde los altos deshielos
yo vengo a mojar los suelos
y a calmar la sed del mundo
el río baja iracundo
cuando viene la crecida
voy en napa sumergida
dando a la tierra verdores
yo soy el agua señores
elemento de la vida. (P.Y.)
La vida habita en la tierra,
en el aire y en el fuego
y en el telúrico riego
que todo líquido encierra.
En la armonía o la guerra
yo prodigo mi sabor,
cual símbolo del honor
del hombre puro y genuino
aquí se presenta el vino
trayendo vida y color. (H. G.)
El color está en los prados
por donde yo voy y vengo
pero color yo no tengo
y nunca lo he precisado.
por la acequia me traslado
fertilizando praderas
bajando por la ladera
por esta limpia virtud
de ir entregando salud
sin producir borrachera. (P.Y.)
Tú no quieres admitir
el color de tu desgarro,
si estás sumida en el barro
cómo lo vas a advertir.
Yo soy el vivo elixir
que alivia al hombre sufrido,
soy el néctar compartido
por la humana plenitud
y si hablamos de salud
siempre soy el preferido. (H. G.)
En la fiesta te prefieren
para olvidar las penurias
que arrastran de las centurias
aquellos que te requieren.
Discriminados se mueren
buscando la trasnochada
si nunca enfrentaron nada
se lo pasan embriagando
después terminan llorando
lágrimas de agua salada. (P.Y.)
Veo como te remites
a la pura borrachera
no ves la luz verdadera
y así nada me compites.
Por mucho que precipites
muy poco mojas aquí,
soy ámbar o carmesí
y resguardo vida y luz
porque hasta el mismo Jesús
te ha reemplazado por mí. (H. G.)
No es reemplazo lo que ha hecho
cuando comparte la cena
y su palabra resuena
aquí en este mismo techo.
El pan de harina y afrecho
conmigo se sabe hacer
en cambio tu proceder
no sigue la mejor huella
te enfrascan en la botella
para salirte a vender. (P.Y.)
Jesús, el Hijo divino,
al ver tu elemento magro
tuvo que hacer un milagro
para transformarte en vino.
Yo soy más puro y genuino
soy fino y más importante
pues contigo el comerciante
trafica las geografías,
tú oxidas las cañerías
y yo soy antioxidante. (H. G.)
Eres el antioxidante
en un vaso moderado
pero miles de embriagados
contradicen tu desplante.
Cuantas veces al volante
causaste los accidentes
muchos se creen valientes
por el alcohol que les das
pero a mi me aprecian más
en los cinco continentes. (P.Y.)
En todos los continentes
sólo causas aflicciones
y en tantas inundaciones
matas a miles de gentes.
Mas veo que ni lo sientes
si a la realidad te amueblo,
soy de cepa y no me endeblo
tú intoxicas los pantanos
mas yo nazco de las manos
y las plantas de mi pueblo. (H. G.)
Disfrutando tu argumento
te invito a la despedida (P.Y.)
va la vertiente vertida
de la mano del sarmiento. (H. G.)
Soy natural elemento
que prosigo mi camino (P.Y.)
él líquido no es dañino
si es que la vida lo fragua (H.G.)
por eso es que canta el agua
lo mismo que canta el vino. (P.Y.)
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