Carta abierta enviada al diario El Mercurio
Señor Director:
En respuesta al artículo 'Canto a lo divino: El mundo sin Santos Rubio' (Artes y Letras, 29 de mayo de C. Mercado y J. Pérez de Arce) señalo que ese mundo, hoy, es uno más enriquecido y vigoroso, con más adeptos y cultores, un público más formado y un respeto por uno de los monumentos más grandes de Chile: el Canto a lo Poeta.
Decir que "era el último representante de la antigua. compleja. profunda y variada tradición del canto y poesía con guitarrón" es impropio. Él jamás se presentó ni quiso ser una pieza de museo que necesitara ser 'rescatada' por un alumbrado estudioso. Su canto y tradición eran y son algo vivo. Su real legado estriba en que él es puente entre los antiguos cultores del guitarrón y el canto a lo poeta con las generaciones más jóvenes; y como depositario atávico de formas, lenguaje y melodías nos abrió el camino para el crecimiento de esta tradición y de nosotros mismos. Porque Santos, siendo tradición en acto, jamás nos puso el pie encima ni nos quitó libertad imponiéndonos un modo único de hacer y entender las cosas.
En tanto cantor a lo divino dio ejemplo de cómo cantar y tocar la guitarra o el guitarrón, en ningún caso "disociando voz e instrumento, los que deben ir muy bien armonizados rítmica y tonalmente, y de ello dan cuenta los mejores cultores de hoy, cuyo solo cultivo de este arte demuestra a las claras que esto no es una "forma cultural en extinción", pues la memoria y la agilidad así como la creación poética la están llevando un paso más allá de Santos, lo cual lo enorgullecía en artistas de la talla de Manuel Sánchez, Alejandro Ramírez o José Pablo Catalán, entre otros.
Ahora, el que las nuevas generaciones tomen esta forma cultural "con la impronta de los que saben leer", no significa ninguna merma sino un enriquecimiento de la 'memoria cultural ancestral", mejorando lo que ya había, haciendo fructificar la herencia recibida, con un fluido diálogo entre memoria y porvenir.
Una tradición que no es 'viva' no es tradición, y el 'Canto a lo Poeta' es de hoy, de ayer y de mañana; pero es más fácil y cómodo ver a estos maestros como cantores iletrados que necesitan ser rescatados por antropólogos, folclorólogos o etnoarqueomusicólogos para demostrar que practican un arte y forma de vida en extinción, haciéndonos el "favor" de rescatarlos con su preclara ciencia, moldeando la historia con sus propias limitaciones, y no se fijan que en los verdaderos herederos de este patrimonio, los decimistas, cantores, payadores, se fortalecen y abren aún más códigos y visiones que estos "letrados" desconocen y que mucho menos manejan, ajustando sus objetos de estudio a sus propios esquemas mentales, teorías y pobres formas de entender el mundo.
Y el mundo sin Santos Rubio, con todo lo que él deja tras de sí, es la prueba de que está más vivo que nunca, con un valor que los poetas y cantores no necesitamos rescatar porque siempre ha estado ahí, y la ofrecemos no como salvadores de su olvido, sino que ampliando su voz para insuflarle el aire que nunca ha dejado de respirar.
Fidel Améstica.
Poeta y Guitarronero.
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2 comentarios:
Atinado comentario
Fidel Améstica amigo
Santito estuvo contigo
En mas de algún escenario
Su guitarrón suena a diario
En la mente del cantor
Su legado es el mejor
Reflejo de su alegría
Con su canto y poesía
Feliz de ser payador
weno el comentario anterior de anonimo... con respecto al tema principal, siento que es como complicao explicar el canto a lo divino solo con connotaciones ritmico/musicales, cuando sabemos que eso es lo de menos en este tipo de expresion. Espero que el legado de los cultores del canto a lo divino, sean muchos mas cantores y mucha mas fe en la gente que cultiva esta tradicion.
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