Caminando cara al sol
voy donde canta el chucao,
donde despierta el trumao
al dormilón caracol.
Donde ilumina el farol
si el ocaso se hace noche,
donde la luna es el broche
que me asila en su plateado,
donde el sol ya ha caminado
y a dormir se va sin boche.
Voy orillando los lagos
entre imponentes volcanes,
voy curtiendo mis afanes
por muchos lejanos pagos.
Con un paisaje de halagos
entre bosques milenarios,
voy sumando mis horarios
y afinando bien mi pluma,
porque así mi verso suma
entre los ríos y estuarios.
Llevo una semana en viaje
y hoy una cama me acuna,
mientras se baña la luna
entre el lago y mi equipaje.
Saboreando mi brebaje
siento gemir la arboleda,
el viento no corre, rueda
al bordón de mi guitarra,
mi pena aprieta y desgarra
y en el olvido se queda.
Pues con la pluma en mi mano
voy tu perfil esbozando,
en recuerdos meditando
bajo un florido avellano.
En mis pilchas me arrellano
y a mi cama la siento ancha,
vislumbro en ella tu mancha
y me abrazo a tu pasión.
Mañana zarpo a Quellón
y el recuerdo es avalancha.
2.ENTRE RIOS Y VOLCANES.
Coronado en rojo intenso
vi amanecer un volcán,
volar lejos al Pillán
hacia el infinito extenso.
Majestuoso como inmenso
bocanada a bocanada,
hizo temblar la cañada
y desbordarse los ríos,
produciendo desvaríos
entre toda la poblada.
Vi a la Princesa Licán
caminar muy presurosa,
asustada como hermosa
abrazada con su afán.
Recostado en el desván
viví la fuerza que asola,
en lo alto la fumarola
al otro volcán se adosa,
y sentí, a un alma hermosa
correr por el bosque sola.
Los alerces milenarios
donde atora el farallón,
me ofrecieron guarnición
y también a otros usuarios.
Llora un indio octogenario
mientras retumba la tierra,
ciego y perdido se aferra
a un viejo roble pellín,
despertó el volcán al fin
con aparejos de guerra.
Gimen de rojo las cimas
y el bosque llora en silencio,
la grandeza reverencio
hilando versos y rimas.
La tierra ya se lastima
con la piedra incandescente,
que avanzando muy silente
en su paso, lleva muerte,
mientras me aferro a mi suerte
sin atisbos de valiente.
EL VIEJO TROVADOR
3 comentarios:
VUELCO EN EL PAPEL MIS PENAS
Ha despertado mi Musa
por largo tiempo dormida,
trayendo la amanecida
como una perfecta intrusa.
Ha apaciguado mi Musa
a los nocturnos desvelos,
desperezando los celos
entre veredas difusas.
Corre su sangre en mis venas
despertando al alboroto,
mi pluma otrora serena
unto en el cuenco y la froto,
vuelco en el papel mis penas
que escribo. Lo arrugo y boto!
ALÉJATE
Aléjate Mujer, no me perturbes
hurgando entre mis sueños escondidos,
aparta tu pasión de mis olvidos
admite mi silencio y no me turbes.
Volcán en erupción es lo que he sido
pues nunca fui yo a ti un indiferente,
no arrolles ya mi rumbo tan silente
trazado con las huellas de tu olvido.
Aléjate Mujer, no me hagas daño
pues sólo de jirones llevo el alma,
no busques las pasiones y el engaño
que otrora eran motivo de mi palma,
yo no hurgues sentimientos a tu amaño
permite hoy a mi olvido, vivir calma.
SÓLO TÚ.
Es tu ausencia que me abraza
en esta fría mañana,
que el sentir se me desgrana
en el banco de esta plaza.
En el gris de su paisaje
voy ocultando el recuerdo,
cuando en mi locura, cuerdo
mi mano llegó a tu encaje.
Y en los vacíos escaños
se me abren tus dimensiones,
el pasado me hace amaño
perfilando mis visiones,
tú empinabas los quince años;
abrazada a mis pasiones.
El Viejo Trovador
Enero 18, 2008.
Entre Dalcahue y Queilén...
¿SERÉ YO, POETA Y VERSADO?
Entre indoctos parroquianos
por villorrios y poblados,
mi verso fue criticado
por fulanos y sutanos.
Poco sabios, pero ufanos
me dijeron: Señoría,
la suya no es poesía
porque es simple y bien rimada,
la moderna, dice nada
y es como se estila hoy día.
Le falta el ser complicado
porque hoy día la cultura,
es cual política pura
para ser considerado.
Y si su usted se hubo asilado
viviendo en el extranjero,
y ganando buen dinero
lleva un punto adelantado,
pues podrá ser destacado
por progresista y sincero.....
Avecillas de este mundo
a callar sus suaves cantos,
para que escuchéis mis llantos
por este sentir profundo.
El dolor es iracundo
cuando vemos día a día,
cualquier cosa es poesía
con apellidos extraños,
y aplaudimos los engaños
ausentes de fantasía.
Cualquier mortal es un bardo
que con gritos rimbombantes,
ante un jurado ignorante
resuena como un petardo.
La ignorancia que es un fardo
del elemental humano,
lo hace aplaudir con las manos
embebido en petulancia,
escondiendo su ignorancia
que es lo que en mostrar me afano.
Regresad del infinito
pòetas del tiempo de antes,
y sufrid con los tunantes
que han cambiado el viejo rito.
Con el corazón contrito
yo observo a Lope de Vega,
a Quevedo y Espronceda
o Vicente de Espinel,
Manuel Magallanes, fiel
a Pezoa en misma rueda.
Olvidad las golondrinas
porque ésas no volverán,
ni la Gabriela en su afán
ni el pòeta de cantinas.
Ni las coplas, bellas, finas
ni la décima que amarra,
de nuestra Violeta Parra
volviendo a sus diecisiete,
ni Oscar Castro que arremete
con doble junco del agua.
No escribirás versos tristes
ésos que llevan por broche,
escribirlos en la noche
que de estrellas hoy se viste.
Ni verás que yo me aliste
para arrullar en la cuna,
los ojos de pena alguna
como Max Jara ha versado,
muy del fondo arrodillado
a su Carita de Luna.
Dando gracias a la vida
no escucharás del extinto,
ni al vecino Pérez, Pinto
ni a nuestra Mistral querida.
La losa fría y dormida
de los pòetas de antaño,
luchará contra el engaño
y olvidarás de la angustia,
no verás el agua mustia
que hoy día bebe el rebaño.
Cierro presto mi tintero
y lo guardo en mi talego,
al Cielo canto mi ruego
bien verseado y con esmero.
Para terminar yo quiero
confidenciarle este día,
que entierro mi canturía
y así tras la paletada,
nadie amigo, dirá nada
pues soy la anti_poesía
Corre un suave vientecillo
que despertó al riachuelo,
húmedo y duro está el suelo
con ceniza y carboncillo.
Sigo bajo el olivillo
que frondoso me cobija,
una triste lagartija
se acodera a mi fogata,
donde el calor ya arrebata
y ha entibiado mi sortija.
Cuelgo mi cuenco y la pluma
y entalego mis escritos,
voy a la isla de los mitos
la que mil iglesias suma.
Aunque con frío, me entuma
por caletas y canales,
yo llevaré mis versales
embebido de emoción,
porque regreso a Quellón
al Puelche y su vendavales.
En Quellón...
NOCHE DE MITOS
Payamos, jugamos truco
perseguimos a chiquillas,
y bebimos lagrimilla
como aguardiente con zuko.
Y el chilote Ño Pelluco
de La Calchona contaba,
oveja que alimentaba
tal y como fuera humana,
y así en la noche se ufana
cuando el oscuro arreciaba.
Asustada Misiá Pancha
nos contaba como’ná,
que ella vio a La Condená
cuando venía en su lancha.
Que recorría a sus anchas
los caminos y senderos,
con sus monstruosos aperos
que presagian desventura,
venía con su hija Fiura
recorriendo los potreros.
Mientras en el fogón su olla
hervía ‘palqui con sauco’,
de que es la esposa del Trauco
ella el cuento desenrolla.
Y se tocaba su argolla
en un gesto muy sentido,
que pregunté compungido
con mi gesto más piadoso,
si ese Trauco tan famoso
¿no fue un rato su marido?
Y hablaron del Millalobo
que era un señor de los mares,
vida llena de avatares
y tiene forma de un lobo.
Yo pensé me creen bobo
o que asustado me vaya,
mas conmigo no es papaya
que me traben un disgusto,
pero tirité de susto
cuando lo vi en una playa.
Camahuetos me presentan
como unicornios terneros,
que Ño Chilo con esmeros
dice a muchos representan.
Y El Basilisco me cuentan
mitad reptil mitad ave,
que con su canto muy suave
deja a muchos somnolientos,
‘les inhala sus alientos’
y después nada se sabe.
La culebra Piruquina
que mata con la mirada,
que vive muy enterrada
y por las noches camina.
Pero el cuento ahora se afina
con Millalobo y sus hijos,
que dicen son datos fijos
la Pincoya y el Pincoy,
y yo que extasiado estoy
aprendo sus acertijos.
Y así siguen muchos cuentos
tragicomedias nocturnas,
el cementerio y sus urnas
Cuchivilu y sus lamentos.
Han amainado los vientos
y me abrazo con Morfeo,
siento un frío cosquilleo
que me sube por la espalda,
paso el susto, es la falda
de Margot por lo que veo.
Que Trauco ni que ocho cuartos
que culebra voladora,
de pasar el susto es hora
pues de cuento estamos hartos.
Esta noche me comparto
con mi bella navegante,
alemana de desplante
como una hermosa figura,
que me pasa la factura
cuando la noche da avante.
El Viejo Trovador.
EN CASTRO.
Cuando ya clarea el día
y se despierta el Rey Astro,
los palafitos de Castro
va sombreando la bahía.
Cuando se allega la 'plea'
se sube y se sube el mar,
no logra nunca inundar
a las casas, la marea.
Amanece y la visión
nos deleita las retinas,
producto de exportación
con las vistas más divinas,
Castro canta una canción
dó la caracola afina.
EN ACHAO
Llora el Trauco a la distancia
mientras me amarro a la boya,
se ha esfumado La Pincoya
y no atisba su fragancia.
Cuando aseguro aparejos
por ni nos golpea el Puelche,
viene singlando el Caleuche
viento a un largo desde lejos.
Bordoneando mi guitarra
en lejanos pensamientos,
un café humea en mi jarra
casi cimbrando aspavientos,
la calma se vuelca en farra
porque ya golpean los vientos.
EN CURACO DE VELEZ.
Cuando la leña hace brasas
y se calientan las piedras,
entre el curanto y las hiedras
tu calor, mujer me abraza.
Cuando suena la acordeón
entonando un vals chilote,
mi recuerdo sale a flote
entre lagrimilla y ron.
Cuando el Puelche azota el alma
y la pena se desgrana,
el viento cimbra la palma
horas, días y semanas,
y en mi sueño abrigo calma
con un buen gorro de lana.
EN LA CALETA CUCAO
Cuando amarraba a la boya
escuché que tiene esposo,
y que es un rubio pomposo
marido de La Pincoya
Por Huelde, laguna hermosa
ella nació en el Estío,
y que en Puchanquín, el río
vivió de niña y virtuosa.
Que en las rocas, vez en cuando
y a su silbido preciso,
aparecía flotando
un tronco de oro macizo,
y ella sentada peinando
cabellos, dorados rizos.
El Viejo Trovador
Publicar un comentario